Son muchos/as los niños/as que no se llevan bien con las
matemáticas y es que esta disciplina tiene un lenguaje propio que no siempre es
fácil entender. Dadas estas dificultades y con la intención de que desde pequeños
los niños/as se familiaricen con la
forma de representación matemática, tratamos de abordar su
enseñanza-aprendizaje siguiendo estas pautas:
-
Evitar que resulten conceptos abstractos, partir de situaciones concretas.
-
Dotarlas de signifIcatividad asociándolas a vivencias y experiencias reales.
-
Descubrir su uso
y funcionalidad para resolver problemas cotidianos.
Como ejemplo de ello, os
mostramos la siguiente experiencia matemática que vivimos los niños/as de 5
años. Todo comienza con un PROBLEMA REAL
al que hay que dar solución:
- “Para hacer una guirnalda en clase,
necesitamos ir a la tienda y comprar una cuerda. Nos imaginamos que estamos ya en la tienda
donde surge otra duda ¿que cuerda
compro?, ¿la larga o la corta?.
- Y ahora “¿siguen siendo las anteriores la larga y la corta? ( Trabajamos
las magnitudes siempre en comparación: más larga que, más corta que, la más
larga, la más corta...)
Seguimos con el problema que parece que se complica:
-
¡Vaya! Parece que
hemos comprado la cuerda demasiado corta. ¿Qué hacemos?
Las respuestas de los niños/as no tienen desperdicio y se lo
vamos poniendo difícil para buscar en
ellos/as la respuesta que queremos oír:
-
Ve a la tienda
otra vez, compra otra cuerda y le atas un nudo, así se hará más larga.
- Imposible,
tengo el coche roto y no puedo volver a la tienda.
-
Pues llama la
tienda y que te lo traigan.
-
Nada, no tienen
servicio a domicilio.
-
Pues llama a un
amigo.
-
No puedo, todos
están trabajando.
A partir de aquí, pensamos qué
tendría que haber hecho antes de comprar la cuerda para no haberla comprado
corta. Y por fin, van llegando las ideas:
-
Tenías que haber
sido más lista y haber medido antes de comprarla.
¡BINGO! ENTRE TODOS/AS
HEMOS LLEGADO A LA SOLUCIÓN.
Ya en este punto, van apareciendo
diferentes unidades de medida desde las
no convencionales (objetos,mano...) hasta llegar las convencionales ( metro).
En todo momento han sido los niños/as por sí mismos/as los
que han puesto en marcha su pensamiento y han ido compartiendo ideas para
llegar finalmente a la respuesta evitando dársela y logrando así que sean
capaces de PENSAR .
Animaros también en
casa a hacer lo mismo, hay múltiples “problemas” en el día a día que podéis
convertirlos en momentos matemáticos: elaborando una receta (si tengo que
echar seis tomates y en cada cesta solo me caben tres, ¿cuantas veces tendré
que ir al huerto si solo tengo una cesta? ), repartiendo cromos entre varios
(¿cuántos toca a cada uno?), subiendo en el ascensor (si vivimos en el tercer
piso y estamos en el quinto, ¿cuántos pisos tendremos que bajar para llegar a
casa?) etc...
¡Echadle imaginación
y ayudadles a desarrollar su pensamiento matemático mientras os divertís!